miércoles, 18 de enero de 2012

Cuando la Lluvia Cae . . .

 
Ayer mientras estaba en el tapón de la mañana, mi niña me pidió que por favor prendiera el radio. Inmediatamente comenzamos a cantar.  Mi corazón se lleno de un inmenso gozo al escuchar esa hermosa y pequeña voz cantar alabanzas al Señor.  No sé como expresarles el sentimiento que había en mi corazón. Parecía que jamás se borraría de mi rostro esa sonrisa de puro júbilo que sólo el Espíritu Santo nos sabe dar.

Con gran alegría y aún sonriendo, deje a mi chica en el colegio y continué mi ruta hacia el trabaja.  Un poco más de tapón fue lo que utilizó el Señor para que pudiera escuchar en la radio una canción que me hizo reflexionar en la forma en que pienso y veo cuando cae la lluvia

Esa hermosa frase se quedo grabada en mi espíritu y estuvo en mi mente el resto del día . . . y aún  en la noche escuchaba esa frase: " El beso tuyo en cada gota que me moja al andar".  Claro que en la voz de Marcela Gandara esta frase se escucha espectacularmente hermosa. Pero esa voz dentro de mi y tan sublime continuaba repitiéndome: "en cada gota que te moja al andar".

Así que decidí buscar en mi Biblia y compartir con ustedes esos hermosos pasajes donde el Señor nos habla de esta hermosa creación que muchas veces nos quejamos de ella.  Espero te hagan reflexionar en como ves cuando cae cada gota de lluvia en tu andar...
  • Yo daré vuestra lluvia en su tiempo, y la tierra rendirá sus productos, y el árbol del campo dará su fruto. Vuestra trilla alcanzará a la vendimia, y la vendimia alcanzará a la sementera, y comeréis vuestro pan hasta saciaros, y habitaréis seguros en vuestra tierra. (Levítico 26:4-5)
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  • Si obedeciereis cuidadosamente a mis mandamientos que yo os prescribo hoy, amando a Jehová vuestro Dios, y sirviéndole con todo vuestro corazón, y con toda vuestra alma, yo daré la lluvia de vuestra tierra a su tiempo, la temprana y la tardía; y recogerás tu grano, tu vino y tu aceite.  Daré también hierba en tu campo para tus ganados; y comerás, y te saciarás.   (Deuteronomio 11:13-15)
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  •  Te abrirá Jehová su buen tesoro, el cielo, para enviar la lluvia a tu tierra en su tiempo, y para bendecir toda obra de tus manos. Y prestarás a muchas naciones, y tú no pedirás prestado. (Deuteronomio 28:12)
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  • Porque como desciende de los cielos la lluvia y la nieve, y no vuelve allá, sino que riega la tierra, y la hace germinar y producir, y da semilla al que siembra, y pan al que come, así será mi palabra que sale de mi boca; no volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo quiero, y será prosperada en aquello para que la envié. (Isaías 55:10-11)
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  • Y daré bendición a ellas y a los alrededores de mi collado, y haré descender la lluvia en su tiempo; lluvias de bendición serán. Y el árbol del campo dará su fruto, y la tierra dará su fruto, y estarán sobre su tierra con seguridad; y sabrán que yo soy Jehová, cuando rompa las coyundas de su yugo, y los libre de mano de los que se sirven de ellos. (Ezequiel 34: 26-27)
Recuerda que cada gota que cae sobre ti al andar es un beso del Señor Jesús diciéndote que te ama.

Espero lo disfruten!!!!

martes, 17 de enero de 2012

Un Mensaje que Inspira

Hoy quiero compartir con ustedes un mensaje que me llego por correo electrónico.  Espero les guste y podamos entender que el Señor hace sus más hermosas expresiones de amor en los lugares donde menos nos imaginamos.  Con este mensaje podemos entender claramente porque el Señor dijo en Mateo 18: 2-4:

Y llamando Jesús a un niño, lo puso en medio de ellos, y dijo: De cierto os digo, que si no os volvéis y os hacéis como niños, no entraréis en el reino de los cielos.  Así que, cualquiera que se humille como este niño, ése es el mayor en el reino de los cielos.

¡Que lo disfruten!


En una fiesta organizada en una escuela de niños con capacidades especiales, el padre de un estudiante pronunció un emotivo discurso que nunca será olvidado por las personas que lo escucharon.

Después de felicitar a la escuela y a todos los que trabajan en ella, este padre
hizo el siguiente razonamiento:

"Cuando no hay agentes externos que interfieran con la naturaleza,
el orden natural de las cosas alcanza la perfección".

Pero mi hijo, Herbert, no puede aprender como otros niños lo hacen. No puede entender las cosas como otros niños.

¿Dónde está el orden natural de las cosas en mi hijo?  La audiencia quedó impactada por la preguntaEl padre del niño continuó diciendo: "Yo creo que cuando un niño como Herbert, física y mentalmente discapacitado, viene al mundo, una oportunidad de ver la naturaleza humana se presenta, y se manifiesta en la forma en la que otras personas tratan a ese niño".

Entonces contó que un día caminaba con su hijo Herbert cerca de un parque donde algunos niños jugaban baseball.
Herbert le preguntó a su padre:  '¿Papá, tú crees que me dejen jugar?' Su padre sabía que a la mayoría de los niños no les gustaría que alguien como Herbert jugara en su equipo, pero el padre también entendió que si le permitían jugar a su hijo, le darían un sentido de pertenencia muy necesario y la confianza de ser aceptado por otros a pesar de sus habilidades especiales.

El padre de Herbert se acercó a uno de los niños que estaban jugando y le preguntó (sin esperar mucho) si Herbert podría jugar.

El niño miró alrededor por alguien que lo aconsejara y le dijo: Estamos perdiendo por seis carreras y el juego está en la octava entrada. Supongo que puede unirse a nuestro equipo y trataremos de ponerlo al bate en la novena entrada'.

Herbert se desplazó con dificultad hasta la banca y con una amplia sonrisa, se puso la camiseta del equipo mientras su padre lo contemplaba con lágrimas en los ojos por la emoción.

Mientras Herbert se sentaba entre el grupo de los que esperaban su posibilidad de jugar, su padre lo contemplaba. Los otros chicos notaron algo muy evidente: la felicidad del padre cuando su hijo era aceptado.

Al final de la octava entrada, el equipo de Herbert logró anotar algunas carreras pero aún estaban detrás en el marcador por tres.

Al inicio de la novena entrada, Herbert se puso un guante y jugó en el jardín derecho.

Aunque ninguna pelota llegó a Herbert, estaba obviamente extasiado solo por estar en el juego y en el campo, sonriendo de oreja a oreja mientras su padre lo animaba desde las graderías.

Al final de la novena entrada, el equipo de Herbert anotó de nuevo. Ahora con dos 'outs' y las bases llenas la carrera para obtener el triunfo era una posibilidad y Herbert era el siguiente en batear.

Con esta oportunidad, ¿dejarían a Herbert batear y renunciar a la posibilidad de ganar el juego? Sorprendentemente, Herbert estaba al bate.

Todos sabían que un solo 'hit' era imposible porque Herbert no sabía ni como agarrar el bate correctamente, mucho menos pegarle a la bola.

Sin embargo, mientras Herbert se paraba sobre la base, el 'pitcher', reconoció que el otro equipo estaba dispuesto a perder para brindarle a Herbert un gran momento en su vida, se movió unos pasos al frente y tiró la bola muy suavemente para que Herbert pudiera al menos hacer contacto con ella.

El primer tiro llegó y Herbert abanicó torpemente y falló.

El 'pitcher' de nuevo se adelantó unos pasos para tirar la bola suavemente hacia el bateador.

Esta vez Herbert abanicó y golpeó la bola tan suavemente que ésta cayó justo enfrente del 'pitcher'.

El juego podría haber terminado. El 'pitcher' podría haber recogido la bola y haberla tirado a primera base.

Herbert hubiera quedado fuera y habría sido el final del juego. Pero, el 'pitcher' tiró la bola muy alto sobre la cabeza del niño en primera base, fuera del alcance del resto de sus compañeros de equipo.

Todos los espectadores en las graderías y los jugadores de ambos equipos empezaron a gritar 'Herbert corre a primera base, corre a primera' nunca en su vida Herbert había corrido esa distancia, pero logró llegar a primera base. Corrió justo sobre la línea, con los ojos muy abiertos y sobresaltados.

Todos gritaban, '¡Corre a segunda, corre a segunda!'. Herbert, recobrando el aliento, corrió con dificultad hacia la segunda base.

Para el momento en que Herbert

Herbert corrió a tercera base mientras que los corredores delante de él hicieron un circulo alrededor del 'home'.

Cuando Herbert llegó a tercera, los niños de ambos equipos, y los espectadores, todos, estaban de pie gritando '¡corre a 'home'! corre'.

Herbert corrió al 'home', se paró en la base con sus brazos en alto, rebosando felicidad, giró la cabeza mirando a su padre... mientras (cosa extraña) los jugadores de ambos equipos lo vitoreaban y abrazaban como el héroe que bateó el 'grand slam' y ganó el juego para su equipo.

'Ese día', dijo el padre con lágrimas bajando por su rostro, 'los niños de ambos equipos se confabularon dándole a este mundo una muestra de verdadero amor de Dios.
Herbert no sobrevivió otro verano. Murió ese invierno, sin olvidar nunca haber sido el héroe y haber hecho a su padre muy feliz, haber llegado a casa y ver a su madre llorando de felicidad y ¡abrazando a su héroe del día!