¿Qué clase
de amigo eres?
Esto me hace reflexionar e imaginarme a
Jesús bien temprano en el mañana… sentado
desde su trono, mirando desde el cielo a través de una ventanita que preparó
exclusivamente para ti. Esta ventanita
tiene el único propósito de que El te pueda ver en todo momento, de tal forma
que pueda cuidar cada uno de tus pasos a
través del día. Y en su corazón, El anhela que puedas completar tu jornada de
trabajo para que llegues a sus brazos y puedan compartir con El los retos del
día, tus logros y tus conquistas. Tiene
a sus ángeles alertas para asegurarse de que llegues a tu casitas con bien.
Pacientemente espera que cenes con tu familia
y te des un rico baño con agua calientita y te prepares para acurrucarte en tu
camita. Es en ese preciso momento donde
el corazón de Jesús comienza a latir rápidamente; porque anhela contarte una
gran historia. Desea compartir contigo
sus vivencias y el ¡para que! y ¡por que! lo hizo. Como un padre se goza el compartir historias
con sus hijos; así Jesús, espera tu tiempo de oración.
Ah!, sigo con mi historia…mientras continúo leyéndole a mi niña quien es
Jesús, esta oración tomo vida en mi
corazón y fue una gran revelación: ¡Jesús nos llamo que somos sus amigos! Pero me dirás: Haidee, eso ya lo sé. Pero yo te digo: ¿Lo has analizado como me lo
acaba de presentar el Espíritu Santo?
En Juan capítulo 15, verso 14 Jesús nos dice: “Vosotros
sois mis amigos, si hacéis lo que yo os mando”.
La realidad es que si lo leemos con la mente carnal, pensamos, ¡que se
cree esta persona, que clase de manipulador, que dominante! Pero la realidad de todo es que las
bendiciones del Señor Jesús se manifiestan a través de la obediencia a sus
estatutos y mandamientos; y estas bendiciones son las que nos enriquecen y no
añaden tristeza.
Pero un versículo antes; Jesús nos aclara en
Juan 15:13, que: “nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por
sus amigos.” Y precisamente eso fue lo
que Jesús hizo por nosotros. Nos llamo
amigos primeramente, porque ya él sabía que estaría dando su vida por salvar la
de nosotros. Les digo, que me fuí a
dormir esa noche con esa misma emoción
que siente un niño la noche de navidad luego de haber recibido todos sus
regalos. Con una mega sonrisa y una
felicidad inmensa.
Esto me hizo recordar aquello momentos de
escuela superior, donde los mejores amigos estaban en acuerdo prácticamente todo. En el color favorito, la comida favorita, el
programa de televisión favorito, las canciones favoritas, las chicas y chicos
más bellos… Esto dado a que existía una
relación transparente y de mutuo fin – la felicidad, la prosperidad y
bienandanza de ambos.
¡WOW! Qué
manera de comenzar un fin de semana. La
realidad es esta: Si le servimos a Jesús correctamente y con todo nuestro
corazón; con el único fin de honrarle y agradarle; el nos dará a conocer todas
las cosas que escucho del Padre. ¡Que mayor bendición que esta! Y sobre todas las cosas, guiara nuestros
pasos para que no tropecemos.
Te exhorta a que te mantengas estudiando la
Palabra del Señor y podrás descubrir todos los tesoros, o seas, bendiciones que
Jesucristo; a través de su Espíritu Santo, ha dejado escrita para nosotros.