¿Alguna vez has visitado el Morro?
Este fin de semana fuimos con nuestra pequeña a volar cometa al Morro en el Viejo San Juan.
En un día soleado, puedes presenciar un espectacular cielo azul con unas mulliditas y hermosas nubes blancas. ¡Una verdadera obra maestra! que nos regala el Señor.
Para nuestra sorpresa, aunque había mucha gente, todos estábamos en familia inundados de una inmensa alegría y tranquilidad. Les digo... habían un ¡MONTON! de cometas y aunque algunas se enredaban con otras, no habían corajes, enojos, ni insultos. Sólo existía un ambiente de gran armonía y cooperación.
Una vez mi esposo logro elevar la cometa, observe como mi niña con mucha precaución soltaba poco a poco el hilo de su cometa. Me imagino que por su mente estaba esa preocupación de que si soltaba mucho hilo; el viento le podía arrebatar su cometa. Pero con su papá al lado, tomo esa confianza que necesitaba y permitió que su cometa volara bien alto. En ese preciso instante el Señor me trajo a la mente lo que quiero compartir con ustedes.
Al ver la comenta elevada tan alto en un hermoso cielo azul, me hizo pensar en la frase: es suficiente tu soplo.
Me imaginé al Señor desde el cielo lleno de gran gozo; sonriendo al ver a tantas familias compartir en armonía y paz. Me imaginé al Señor sentado en su trono llenando el cielo con sus soplos para que las cometas se mantuviesen en el cielo volando. Simplemente el Señor me hizo sonreír. Me hizo recordar que aun con su cargada agenda de trabajo, El se deleita en compartir junto a nosotros hasta en nuestros días de diversión.
Pensé en lo sorprendente que es ver como el viento acaricia los bordes de la cometa y la mantiene suspendida en el cielo. Y más aún, como la misma es sujetada desde muy lejos con un simple hilo.
¿Porque comparto esto contigo? Porque me vi reflejada en esa cometa. De esa misma forma el Señor me sostiene con su soplo de vida desde el cielo y con sus lazos de amor me sostiene.
Te invito a que salgas un día, compres una cometa y te deleites verla volar en el hermoso cielo azul. Toma tiempo y observa sus movimientos. Dale oportunidad al Señor de que te hable a tu corazón. Permite que El se deleite desde su trono y con sus soplos de amor mantenga tu cometa bien alta en el cielo. Al verla volar, recuerda que el sopló aliento de vida para ti y te sostiene con sus lazos de amor.
Con cariño, Haidee
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