viernes, 27 de diciembre de 2013

Desde lo mas profundo...


Siempre que pienso en ti Jesús, me haces sonreír...

Aunque no lo veas, el te SUSTENTA.....


Es sorprendente como fácilmente nos dejamos abrumar por los problemas, por la rutina del día a día, por el trabajo y algunas veces... hasta por nuestros seres más queridos.  Yo no sé tú, pero a mí me ha pasado.  Entre el pago de agua, el celular, el carro, el colegio, la leche, el pan, el papel de baño..... Aquello, lo otro y esto otro; me encuentro frente al fregadero o frente al canasto de ropa llorando sin consuelo.  Es en ese momento cuando me pregunto... Señor, ¿por qué?  ¿Qué me quieres enseñar?  Sé que nos dejaste escrito en tu palabra que en el mundo tendremos aflicción y que confiemos porque tú venciste el mundo; pero no es más fácil que me digas lo que tengo que hacer y yo lo haré sin queja alguna. Dímelo Señor, pero que yo pueda escuchar tu voz....

Sin embargo, mientras escribo estas cortas líneas para compartir mis vivencias con ustedes, el Señor a través de la hermosa voz de Jesús Adrián Romero se encarga de dejarme saber claramente que EL es quien me sustenta. 

Así dice parte de la alabanza: 

Cuando nadie me ve en la intimidad, donde no puedo hablar más que la verdad
donde no hay apariencias, donde al descubierto queda mi corazón,
allí soy sincero, allí mi apariencia de piedad se va, allí es tu gracia
lo que cuenta, tu perdón lo que sustenta para estar de pie. Y no podría
dar la cara si no fuera porque soy revestido de la gracia y la justicia del Señor. 
Si me vieran tal cual soy, se enterarían que es Jesús, lo que han visto reflejado
en mi tan sólo fue su luz.  Es por tu gracia y tu perdón que podemos ser llamados
instrumentos de tu amor y es por tu gracia y tu perdón, mi justicia queda lejos de tu perfección.

Después de un buen rato de comportarme como una chiquita de siete años y dejar de llorar, guardo silencio para ver si escucho algo...pero no se escucha ni un grillo, pero siento una inmensa paz que no sé cómo explicar.

A la mañana siguiente, muy temprano en la mañana y de camino a llevar a nuestra chica a la escuela es cuando más claro se hicieron sentir las palabras de Jesús.  Es curioso, porque para llegar a la escuela de mi niña, debemos atravesar montañas muy altas y transitar por caminos bastantes estrechos.  Y aunque les confieso que estamos acostumbrados a la ruta, me pone un poco nerviosa por los precipicios que veo.
No fue hasta esa mañana, que me percato de la forma en que árboles de troncos bien anchos y altos quedan prácticamente suspendidos en el aire. A simple vista parece que solo los sujetan sus frágiles y estrechas raíces. Parecía como si los árboles a través del movimientos de sus hojas provocaran un sonido unísono gritando con gran fuerza y a viva voz: "El Señor me sostiene! No me voy a caer!" 

Pero mientras más nos adéntranos en las montañas, pude observar que no es sólo uno; son múltiples árboles de diferentes formas y tamaños que quedan suspendidos en el aire a merced de la gravedad.  Ahí, justo ahí, cuando estoy totalmente cautivada y a la expectativa de que en cualquier momento se puede caer uno de los árboles; es que escucho esa vocecita en mi espíritu que me dice:  Haidee aún no me conoces..... Yo soy quien los sostengo. 
En mi ingenuidad, me pregunto a mí misma....  ¿Cómo rayos Señor hiciste ese mecanismo tan perfecto en donde unas raíces son capaces de sostener el doble y hasta el triple del peso del árbol.  Y más aun, las raices ser capaces de luchar contra la fuerza de gravedad, mantener firme y en pie a un árbol? 
Justo en ese momento me acuerdo de estos textos bíblicos:
  • Isaías 41:13 dice: ”Porque yo Jehová soy tu Dios, quien te sostiene de tu mano derecha, y te dice: No temas, yo te ayudo."    
  • Salmo 37:24 dice: “Cuando el hombre cayere, no quedará postrado, Porque Jehová sostiene su mano”
  • Isaías 41:10 dice: “No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia.”

IMPRESIONANTE!  Qué hermoso saber que contamos con el Dios Todopoderoso. 
Saca tiempo para contemplar la naturaleza y la hermosura de la creación.  Te sorprenderás de cómo la naturaleza exalta y alaba a su Creador.

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